El Atrapasueños Mágico Parte 2



Los días pasaban y Nadia seguía sin descubrir el modo de romper el maleficio que tenía atrapado a Lucas en el sueño.
Ya había hablado con casi todos los críos de la aldea, intentaba encontrar algo útil en los sueños que ellos tuvieron con la malvada bruja. Esa tarde se veía con el último de los niños. En ese momento se dirigía a la plaza del pueblo donde se iban a reunir.
Al llegar, se encontró con un guapísimo niño rubio, con unos hermoso ojos azules, su bonita sonrisa le hizo recordar con añoranza la risa de su hijo, la que llevaba muchos días sin escuchar.
—Hola David, ¿cómo te encuentras?
—Hola Nadia, muy bien. ¿y usted? —al crio le daba pena ver tanta tristeza en los ojos de la hada.
—Bien, pero ansiosa por recuperar a Lucas —contestó el hada con tono melancólico y apagado.
—Espero poder ayudarla con el sueño que tuve anoche —Nadia sintió una punzada de esperanza e ilusión al escuchar a David.
— ¿Qué has soñado? Adelante, cuéntame —su intuición le avisaba de que era algo interesante.
—Anoche soñé con una anciana, tenía una dulce voz y me dijo que le podía ayudar a romper el maleficio de Lucas, pero que para eso debería ir al lugar en el que ella se encuentra.
—¿Cuál es ese lugar? —preguntó el hada con impaciencia.
—¡Eso no lo sé!. Ella me dijo que tiene que llevar todo lo que nos pida en sueños a los niños.
También me dijo que usted debería demostrar lo mucho que quiere a Lucas.
—¡Ohhh!, ¿cómo mostrar el inmenso amor que le tengo a mi hijo?, ¿te dijo que debes entregarme tú? —volvió a preguntar Nadia, extrañada ante las peticiones de esa mujer.
—¡Sí!, a mí me dio un mensaje para usted:
“Debe llevar el atrapasueños que Lucas tiene colgado en el cuello, y para no dejarle sin protección todos los niños de la aldea debemos acompañar a Lucas mientras rompen el hechizo de la bruja”.
—¡Muy bien!, espero que no tarde en decírselo a los demás —le preocupaba el tiempo que tardaría en poder conseguir todo lo que la anciana pidiera a los niños.

A la mañana siguiente bien temprano, le sorprendió ver a todos los niños del pueblo en la puerta de su casa. La anciana los había visitado esa noche en sus sueños. Todos madrugaron mucho, deseaban ayudar para hacer volver a su amigo del país de los sueños, él se sacrificó por salvarlos a ellos.
Nadia contó con la colaboración de todos los críos para conseguir los objetos que la anciana les había pedido, había una gran variedad, pero entre todos lograron reunirlos en un solo día:
“De Lucas tuvieron que coger su juguete favorito (un arco de madera que le regaló su padre cuando vivía), los niños tuvieron que llevar cada uno alguno de sus juguetes preferidos, el atrapasueños se lo debía quitar cuando estuviera rodeado de todos sus amigos“.
                                                                                               
Ya con todo lo necesario para ponerse en contacto con Lía (así se llamaba la mujer que se aparecía en los sueños de los niños), el hada pudo emprender el viaje a la mañana siguiente hacía el lugar que la anciana le había indicado esa noche en un sueño..
David y los demás niños se quedaron protegiendo a Lucas.

Nadia atravesó un espeso bosque, después tuvo que cruzar un cristalino río por un antiguo puente, este le recordó al del sueño en el que Lucas fue hechizado por la bruja malvada. A continuación llegó a un claro del frondoso bosque, encontrando una pequeña casa, en la puerta se hallaba una señora mayor y la reconoció inmediatamente, se trataba de Lía.
—¡Hola Nadia! Espero no te haya sido complicado dar con mi hogar —dijo sonriendo la anciana, a la vez que se le acercaba para darle un abrazo.
—¡Hola Lia!, tus indicaciones me han traído directamente sin ningún tropiezo —al recibir el abrazo de la anciana sintió una agradable sensación de bienestar y amor, y sin poder evitarlo comenzó a llorar.
—Tranquila, veras como como juntas podremos liberar a Lucas, pasa y tomaremos una infusión que he preparado y te relajará.
—Muchas gracias y perdone por reaccionar de ese modo —Nadia la siguió al interior de la casa.
El hada le entregó la mochila donde se encontraba todo lo exigido por la anciana.
—Aquí está todo lo que usted nos pidió, pero lo que más me preocupa es lo de tener que demostrar mi amor por mi hijo, ¿cómo se supone que tengo que hacerlo?, y los más importante ¿quién es usted y de qué modo piensa ayudar a Lucas? —el hada tenía mil preguntas por hacer y se encontraba muy nerviosa.
—Tómate la infusión y confía en mí, responderé a todas tus dudas —la voz de Lia le calmaba y la infusión también ayudó, poco a poco se fue relajando y comenzó a sentirse mejor.
—¿Qué vamos a hacer para romper el hechizo? —le preguntó a la anciana con una gran tranquilidad.
—Tenemos objetos importantes de las personas que le quieren y el atrapasueños… —iba diciendo Lia mientras sacaba los objetos de la mochila— ahora solo nos falta tu demostración de amor —dijo mirándole a los ojos.
—¿Y qué se supone que debo hacer? —preguntó algo escéptica Nadia.
—Debes renunciar a todos tus poderes, solo así conseguiremos despertar a tu hijo —al decir esto la anciana le cogió con suavidad las manos, transmitiéndole confianza y seguridad.
Nadia se quedó sin palabras, ¿podía confiar en Lia hasta ese punto?


Victoria Cuesta Prieto y Raquel Garranzo Blanco

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